Durante tres semanas he visitado La India y vivido una experiencia profunda y enriquecedora.La Montaña de Arunachala con su energía y su fuerza,el ashram de Ramana Maharsi con su apertura ,devoción y amor, el de Aurobindo y Madre más devocional, la alegría de Tiruvanamalai, la locura de Pondicherri,la luminosidad del templo de Ganesha y la ternura de su elefante,lo novedoso de Auroville y el Matri Mandir, el amor y respeto a toda forma de vida,la sonrisa de los niños,la acogida respetuosa del pueblo hindú a los visitantes,el tráfico disparatado y alegre,la apertura de los Cuatro Templos…la vegetación exhuberante,la fauna variada, el calor y las tormentas nocturnas…la austeridad, la pobreza digna, la elegancia natural de sus mujeres…Todo me impresionó y de todo aprendí…
La Montaña de Arunachala imponente y vibrante…
La elegancia natural de las mujeres indias…
Con un shadu,hombre sabio y desapegado,en los Cuatro Templos
La ternura del elefante de Ganesha…
Fin del viaje.Vuelta a casa.Gracias por lo aprendido…