Hoy quería hacer una reflexión de lo que supone plantearse la vida viviéndola desde el Amor con mayúsculas.En contra de lo que algunos puedan pensar,no se debe confundir con un sentimiento acaramelado o edulcorado, más bien todo lo contrario. Se trata de vivirnos en coherencia con lo que ya somos, con nuestra esencia divina, ya que somos chispas divinas emanadas del corazón de Dios, cuya naturaleza intrínseca es el Amor.
El Universo en el que vivimos está sostenido por el Amor y nosotros formamos parte de Él.
Debemos , por tanto, mantener muy alta nuestra vibración para poder ser y expresar este tipo de amor, que es fuerte , valeroso, misericordioso, incondicional, activo, luchador infatigable en todos los campos, generoso, optimista (ve siempre el lado bueno de todo, y la lección que cada experiencia de vida trae consigo).
Así cuando conseguimos vivir en este auténtico Amor, la primerísima consecuencia es la alegría y el gozo y, finalmente , la paz.
Para ello tenemos que estar muy atentos a nuestras acciones y a las respuestas que damos a lo que nos llega. Por muy maravilloso que sea lo que estamos haciendo ,tenemos que preguntarnos ¿desde dónde estoy actuando? ¿desde el Ser o desde mi ego? ¿desde la necesidad de ser valorado o desde la incondicionalidad? y no engañarnos con nuestras respuestas.
El desarrollo de un ego espiritual es lo más peligroso que nos puede ocurrir y lo más opuesto al Amor.
Por el contrario el trabajo con el observador nos vendría muy bien .
Rosa Mary De Torres Villagrá