UNA LLAMA
¿Cómo escribir la historia de mi vida?
Entretejida en rayos arcoiris,
mezclada con las lágrimas vertidas
¡tan amargas!.
Ahora lo sé, entonces no sabía
¿Cómo plasmar en un papel
lo inefable y sublime de este amor,
transformar en palabras lo sagrado,
lo sutil…tan delicado
que se podía romper sólo al rozarlo,
como las bellas alas de una mariposa.
Fuiste crisálida durante muchos años,
más de cuarenta y de cuarenta y cuatro.
El alma trabajaba en su faena,
su programa de vivir experiencias,
dejándose amasar por el divino,
aunque ella no entendía
-estaba tras el velo del olvido-
Ella pedía ser moldeada
como el barro en las manos del alfarero.
Entre lágrimas y risa fue creciendo,
viviendo en el olvido y el desierto.
Pasaba de puntillas por el drama.
así una noche llegaste hasta mi sueño,
en aquel lago azul de un paraiso.
No te reconocí,
aún estaba dormida,
pero sí me enseñaste
que un amor inefable se podía vivir.
Me sentí consolada y tu recuerdo
me ayudó a superarme,
a sumergirme en mí,
reconocerme,
vivir en plenitud.
…Y un día apareciste…
te hiciste tú de carne,
fuiste real.
Seguramente, saltaron jubilosas nuestras almas.
Nuestra amistad crecía,
codo con codo trabajábamos juntos,
nos íbamos puliendo
en pruebas y avatares…
A ti te perseguían
cuando alzabas la voz por la justicia
y eras voz de los nadie.
Yo te apoyaba siempre y defendía,
pero seguía dormida.
Tuviste que marchar,
nos vimos menos.
Fue en un correo escueto de los tuyos
cuando todo estalló
y yo me desperté y te reconocí.
Eres mi LLama,
una misma energía, en dos encarnada.
Un privilegio que tienen pocos seres.
Gracias.
Rosa Mary De Torres Villagrá